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Hay tiempos, y creo que todos los hemos tenido y seguiremos teniendo, que parece que solo hay obstáculos y problemas en la vida.

A mi me pasó esta semana. Fuí a un retiro de meditación y yoga, y normalmente cuando llego y pasa una noche ya «desconecto».

Desconecto de las cosas del día a día que a veces se me van acumulando y hacen que vuelva a patrones antiguos como correr de un lado a otro, meterme en mil proyectos a la vez y querer hacerlo todo. Tanto a nivel laboral, como a nivel personal. En inglés sería el FOMO (fear of missing out), el miedo a perderte algo.

Pues ahí es donde me encontré en mi segundo día del retiro, aún metida en el lío mental de querer controlarlo todo y con dolor cervical y de mandíbula por apretar los dientes y estar con tensión de hombros. En medio de la frustración de querer que el estrés acumulado desapareciera ya de una vez, me acordé de un método que desarrollé para momentos como estos.

Son 3 pasos: Atención. Aceptación, Abrazo.

1) Atención

Primero me tengo que dar cuenta de que he vuelto a mis patrones y hábitos antiguos. Y pueden ser pequeñas señales, como por ejemplo comer mal, rápido o no tomarme tiempo para cocinar. En general, tener la sensación de que no tengo tiempo. Despriorizarme a mi y a mi salud. Dormir mal, dolor muscular, etc.

Ser consciente de lo que está pasando es el primer paso. Suele ayudar a pausar, observar y/o tomarse un día para averiguar cómo uno está de verdad.

2) Aceptación

Después de darme cuenta el siguiente paso es respirar y relajarme. Sin rechazar lo que está pasando. El simple hecho de relajarse físicamente, con cada exhalación y soltar tensiones en el cuerpo ya ayuda en el proceso de aceptación. (Pruébalo ahora con 3 respiraciones conscientes).

Si seguimos en nuestro bucle, nuestro autopiloto y nos automachacarnos  estamos en una calle sin salida.

Hay que aceptar, respirar, soltar.

3) Abrazo

Una vez tomado consciencia, estando atenta a lo que me está pasando y aceptándolo, viene el último paso y quizás el más difícil: el abrazo.

¿Cuál es el aprendizaje de este obstáculo? ¿Qué es lo que estamos ignorando, denegando?

Muchas veces me pasó que antes de una gran lección en la vida, tuve un periodo de inestabilidad, o incluso de ansiedad y de sentirme perdida y cuestionarlo todo.

El abrazo o aprecio es importante para poder invitar con los brazos abiertos a todas las experiencias. No solo las que son agradables. Y ver más allá, ¿qué es lo que no hemos querido ver hasta ahora?

Es dejar de discriminar y hacerle caso a la mente pequeña, egoica que quiere evitar experiencias desagradables.

Es entregarse a la vida, apreciarla, amarla tal como se nos presenta cada día, cada momento. Con sus dificultades y sus regalos.

Este método me ayudó a liberarme una y otra vez de mi misma y a ver las cosas con perspectiva y recordar que realmente podemos controlar muy poco.

Este mundo existe desde hace más de 4,5 mil millones de años sin nuestra intervención. Y lo seguirá haciendo sin que tengamos que hacer nada.

Esto me da paz, ver que no soy tan importante. Poder relajarme, respirar, sonreír a la vida y permitirme estar bien en el no saber lo que pasará. Soltar las expectativas y confiar que siempre soy capaz de volver a mi centro, mi camino porque ya lo he hecho tantas otras veces.

🙂

Ps: Si quieres aprender más sobre nuestro trabajo en el dojo ven a probar una semana gratuita de Ryumon. Sistema global de bienestar para.cuerpo, mente, espíritu.

En www.ryumon.org

Si quieres más info acerca de retiros en la naturaleza accede a Amara Valley Eco Retreat

 


Autora: Sophie Steffen, instructora y fundadora de Ryumon

Desde cuando practicas la meditación: Desde el 2009

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