La vida es un cambio constante. Eso lo sabemos todos. No obstante nos agarramos al no-cambio, a minimizar la incerteza en nuestro dia a dia.
Queremos de alguna forma que todo sea predecible, controlable para darnos seguridad.
A la mente le gusta la seguridad y la certeza de que las cosas salgan como ella quiere, o lo más parecido.
¿Y si no? Se molesta, nos genera frustración, ansiedad, miedos…
Estoy de 37 semanas del embarazo y el bebe puede nacer en «cualquier momento». Como planificadora profesional no me gusta nada la idea de no saber, no poder planificar cuándo será el parto.
Me informo de las más mínimas señales de mi cuerpo. Contracciones, la barriga que va bajando, la presión en la pelvis, el síndrome del nido, etc.
Pero al final del día, va a nacer cuando la naturaleza lo decida.
Lo que me ayudó, no solamente para gestionar mejor esta situación, sino también otras donde estaba en fase transitoria y de cambios, fue aprender a estar cómoda con la incomodidad.
Tarea no muy fácil y seguramente un trabajo de por vida, porque realmente no hay nada de lo cual podamos tener la 100% certeza.
Como estoy aprendiendo cada vez mejor a estar cómoda con la incomodidad es mediantes estas 5 fases de los 5 elementos:
- Fuego: Coraje
Conectar con la resiliencia. Verme capaz de enfrentar cualquier situación. Esto puede ser a través de ejercer el cuerpo o repitiendo mantras como «yo puedo», “yo soy capaz”, “yo soy fuerte”. Es cultivar el coraje enfrentando y así superar mis miedos.
- Aire: Soltar
Soltar el control, respirar, confiar en mi intuición y mi sabiduría. El simple hecho de respirar 3 veces profundamente activando el vientre y conectando con el hara (abdomen) ayuda a bajar la «mente» a nuestro centro físico. De no estar tanto en el coco si no más en el corazón y en nuestra intuición.
- Agua: Fluir
Aceptando el momento presente, nuestro ritmo y a la vez generando compasión por nosotros, perdonándonos y abrazándonos. Esto nos permite adaptarnos, ser flexibles y empezar a fluir más como el agua. Be water my friend.
- Tierra: Servir
La tierra nos ayuda a sentirnos apoyados, nutridos y podemos relajarnos y confiar más en que todo está bien. Centrar nuestra atención en cómo ayudar a otros, nos puede abrir los ojos de que no somos el centro del universo. Mediante el cultivo de la humildad, vamos “más allá” y ponemos las cosas en relación a su importancia real.
- Éter: La consciencia amorosa
En esta fase nos centramos en observar mediante una mirada de consciencia plena (mindfulness o meditación) las apariencias del momento. Tanto internas (pensamientos, emociones, sensaciones corporales) como externas (otras personas, situaciones,…).
No solamente se trata de verlo todo con más atención si no además con una mirada amigable/ amorosa, también llamada “metta” (amor incondicional o amistad).
Estos cinco elementos me ayudan en mi rutina diaria a recordarme que yo soy la narradora de mi vida. Puedo decidir cómo quiero vivir y no solo enfrentarme a las situaciones y los cambios que me ofrece la vida, sino verlos como oportunidades de crecimiento personal y espiritual.
Si quieres conocer más acerca de prácticas para fortalecer los 5 elementos mediante el QiGong y la meditación accede a esta sesión gratuita.
Autora: Sophie Steffen, instructora y fundadora de Ryumon
Desde cuando practicas la meditación: Desde el 2009